Tal como señala Fabricio
Della Setta (v. bibliografía), la existencia de convenciones
formales, o, con otras palabras, de códigos dramático-musicales que
posibilitaban una rápida y eficaz comunicación entre los diversos
elementos de la cadena operística de producción y recepción (del
libretista al compositor, y de los intérpretes al público), resulta
en parte de la jerarquía definida en el interior de los teatros y de
los ritmos propios del sistema productivo de tradición italiana. Por
un lado, era necesario respetar el papel predefinido para cada uno de
los cantantes que formaban parte de una compañía (destinándoles
uno o más números solistas). Por otro lado, les era exigido a los
compositores que escribiesen con una enorme rapidez, facilitada por
la utilización de un conjunto de modelos que eran conocidos por
todos (compositores, libretistas, músicos y público). Por supuesto,
el respeto a las convenciones no se superponía a la lógica
dramática: antes al contrario, los compositores comenzaron desde muy
pronto a adaptar las convenciones a la lógica del drama. Las
convenciones formales determinaban la organización total de la obra
y la estructura interna de sus diferentes partes. Las grandes
divisiones formales de todas las óperas son casi siempre
reconocibles a partir de la lectura del libreto, precisamente porque
la parte literaria era siempre concebida anticipando su futura
realización musical. La ópera se dividía en números o “pezzi”,
que se definían conforme el número de cantantes que intervenían en
cada uno de ellos: arias para un solista, duetos para dos, tercetos
para tres…
La ópera seria de
finales del siglo XVIII había comenzado a reducir el número de
trechos solistas, multiplicando – por influencia de la ópera bufa
– los de conjunto. Los compositores del siglo XIX continuaron por
ese mismo camino, reduciendo el número de “pezzi”. Otro de los
cambios más evidentes cuando se compara la ópera italiana de los
siglos XVIII y XIX es el abandono del recitativo “secco”
(acompañado por el clave, al cual Rossini renuncia, siguiendo la
moda generalizada en Nápoles, en sus óperas serias desde 1815) a
favor del recitativo con acompañamiento de orquesta, o recitativo
“acompagnatto”. El término scena fue reemplazando
gradualmente el de recitativo. Se opone a los pasajes que son
determinados por su regularidad métrica y musical. La scena es
siempre un pasaje de carácter libre, incluyendo en muchas ocasiones
diferentes tipos de música vocal y también pasajes instrumentales.
Nunca debemos perder de
vista que la voz es el elemento primordial de la ópera italiana. En
consecuencia, no nos extrañará que el aria constituya la
estructura elemental de su dramaturgia. El aria en dos tiempos
contrastantes – el primero lento y expresivo, y el segundo, rápido
y brillante – procedente del siglo XVIII sobrevivió, por lo menos,
hasta la década de los años 20 del siglo siguiente. En esta época,
la práctica general era la de distinguir claramente dos secciones:
el “cantabile” y la “cabaletta”, siendo esta segunda repetida
y, habitualmente, adornada por quien la interpretaba. En el proceso
de expansión de los números tradicionales de la ópera italiana
dieciochesca, el aria comenzó a presentarse de forma más compleja,
precedida por un recitativo (“scena”). El tipo de música vocal
utilizada en esta sección podía ser entre “arioso” y
declamatorio. Seguidamente, el “tempo di mezzo” conducía a la
“cabaletta”, en una sección más estricta desde el punto de
vista rítmico (frente a la libertad característica de la “scena”)
con pasajes instrumentales solistas. El aria se denomina "cavatina"
cuando es cantada por un personaje en su primera entrada en escena y
"rondò finale" si sirve como conclusión de la ópera.
Transformado en música,
el modelo para una “scena ed cavatina” o “scena ed
aria” está constituído por cuatro secciones diferentes que,
como se puede ver a través de libreto, corresponden com otras tantas
situaciones dramáticas. La estructura se puede esquematizar tal como
aparece en el siguiente cuadro. Debemos tener en cuenta que términos
como “cantabile” (a veces, “primo tempo”) “tempo di mezzo”
(sección intermedia entre las partes lenta, o "cantabile",
y rápida, o "cabaletta", de un aria) y “cabaletta” no
se encuentran en la partitura, sino que forman parte, todavia hoy, de
la jerga operística.
Recitativo o Scena
d'attacco
|
Versos soltos
|
Carácter activo.
Escena más o menos elaborada que nos introduce en la materia del
aria. Puede incluir un "arioso" o pequeño cantabile.
|
Cantabile (o
adagio, andante, primo tempo)
|
Versos líricos
|
Caracter
contemplativo. Primera parte del aria, de tono lírico y tempo
moderado.
|
Tempo di mezzo
|
Versos soltos
|
Carácter más
dinámico. Parte más libre y de transición. Un acontecimiento
justifica el pasaje a a la "cabaletta". También puede
ser la intervención de otros personajes o del coro.
|
Cabaletta (o
allegro)
|
Versos líricos
|
Caracter
contemplativo. Esta segunda parte del aria es más brillante que
el "cantabile". Suele ser repetida después de un
"ritornello" (que puede ser instrumental o cantado por
el solista y el coro)..
|
En la ópera italiana
decimonónica, no obstante, es posible encontrar modelos de arias con
sólo dos secciones (la “scena” y el “cantabile”).
Los más importantes son la importantes son la “romanza” y
la “preghiera”. La “romanza”, que deriva de la
“romance” francesa, presenta características bastante concretas:
formas estróficas en algunos casos y, más frecuentemente, la
utitlización de un compás de división ternaria (3/8, 6/8, 9/8,
etc.), asociado a las canciones de cuna. Presenta también una
estructura tonal bipartita, que va del modo menor al mayor, y un
acompañamiento en arpegios recurriendo muchas veces al arpa.
Encontraremos un ejemplo en la ópera Il Trovatore,
de Verdi, a la que dedicaremos una atención más pormenorizada más
adelante (sección 9.6. de este módulo).
En el caso de la
“preghiera”, la restricción del número de secciones resulta de
la situación dramática em la cual el modelo se plica: la oración
implica un momento de recogimiento, normalmente en situaciones de
gran aflicción, en las cuales los protagonistas acaban muchas veces
por desmayar. O sea, se trata de situaciones incompatibles con el
carácter más marcial y virtuosístico, el cual se asocia
habitualmente a la “cabaletta”. Un ejemplo de esto podría ser
“Non maledirmi, o prode”, en el inicio del segundo acto de
I due Foscari, también de Verdi, pero también la célebre
"Casta diva", de Norma, que abordaremos
más adelante (sección 9.5. de este módulo).
La estructura común del
aria puede ser esquematizada como AA’BA’’, seguida de una coda.
En ocasiones, podía incluir la intervención de partes
instrumentales solistas e, incluso, de otros personajes. Cuando se
recurre a este procedimiento - que revela la ductilidad de la
convención para adaptarse a las necesidades dramáticas - se utiliza
el término "aria di pertichini", de la que también
contraremos un ejemplo en Il Trovatore (sección
9.6. de este módulo)
Si el aria expresa
habitualmente el itinerario de los sentimientos y emociones
interiores de un personaje, los duetos presentan una situación más
compleja. Son también codificados, y deben ser considerados como una
de las piezas maestras de la dramaturgia romántica. En comparación
con el aria, el esquema formal se amplia para poder seguir la
sucesión de momentos, en los cuales la acción transcurre mediante
el intercambio de diálogo y de aquéllos en los que la acción se
detiene en la contemplación de los sentimientos que van siendo
suscitados. Su estructura puede ser esquematizada de la siguiente
manera:
Scena
|
Versos soltos
|
Carácter
introductorio.
|
Tempo d’attacco
(o "entrata")
|
Versos líricos
|
Enfrentamiento
entre dos personajes. Movimiento más vivo y abierto (sin coda).
|
Cantabile (o
adagio)
|
Versos líricos
|
Carácter
contemplativo, lírico y meditativo. Pasaje cerrado (coda).
|
Tempo di mezzo
|
Versos soltos
|
Activo. Pasaje
intermedio y sin coda. Normalmente coincide con la entrada en
escena de otros personajes.
|
Cabaletta (o
allegro)
|
Versos líricos
|
Carácter
contemplativo y cerrado (con coda). Puede ser repetida y oncluir
con una "stretta"
|
Por último, la tipología
más variable es la del finale. Se trata de una escena de
conjunto situada al final de un acto, en la que aparecen los
protagonistas y el coro, por lo que a veces se designa también
concertato. El más importante es el que aparece hacia la
mitad del drama, en el momento culminante de la ingrita. Derivado de
la ópera bufa, suele constar de dos secciones: un primer movimiento
lento, en el que los personajes expresan su estupefacción o
sorpresa, y la stretta. Este término designa, en general, el
movimiento rápido que concluye cualquier número de conjunto, donde
el tempo se acelera y las voces se superponen. Es, por lo tanto, el
equivalente de la "cabaletta" de un aria o de un dueto. El
esquema más convencional del finale puede ser esquematizado de la
siguiente manera:
Scena o coro
|
Episodio
introductorio
|
Tempo d’attacco
(comparable al "tempo d'attacco" de los duetos)
|
|
Pezzo concertato
(número de conjunto equivalente ao cantabile) o largo
|
El tempo
más lento corresponde con el recogimiento de los personajes
dentro de sí.
|
Tempo di mezzo
(comparable a la misma sección en los duetos)
|
Puede coincidir
con un golpe de teatro inesperado.
|
Stretta (número
de conjunto equivalente à cabaletta)
|
Caracterizado por
un crescendo muy dinámico.
|
Éstos son los elementos
convencionales más estables, a los que se podrían añadir otros
tipos de pasaje de carácter más dinámico. Por ejemplo, son
habituales las introducciones (de la ópera, de un acto) en las que
aparece el coro ("coro d'introduzione") o en las que
encontramos esquemas formales, comparables a los anteriores en la
base pero usados de forma más libre y menos elaborada
("duettino"...).
Tal como señala Fabricio
Della Setta (v. bibliografía), la existencia de convenciones
formales, o, con otras palabras, de códigos dramático-musicales que
posibilitaban una rápida y eficaz comunicación entre los diversos
elementos de la cadena operística de producción y recepción (del
libretista al compositor, y de los intérpretes al público), resulta
en parte de la jerarquía definida en el interior de los teatros y de
los ritmos propios del sistema productivo de tradición italiana. Por
un lado, era necesario respetar el papel predefinido para cada uno de
los cantantes que formaban parte de una compañía (destinándoles
uno o más números solistas). Por otro lado, les era exigido a los
compositores que escribiesen con una enorme rapidez, facilitada por
la utilización de un conjunto de modelos que eran conocidos por
todos (compositores, libretistas, músicos y público). Por supuesto,
el respeto a las convenciones no se superponía a la lógica
dramática: antes al contrario, los compositores comenzaron desde muy
pronto a adaptar las convenciones a la lógica del drama. Las
convenciones formales determinaban la organización total de la obra
y la estructura interna de sus diferentes partes. Las grandes
divisiones formales de todas las óperas son casi siempre
reconocibles a partir de la lectura del libreto, precisamente porque
la parte literaria era siempre concebida anticipando su futura
realización musical. La ópera se dividía en números o “pezzi”,
que se definían conforme el número de cantantes que intervenían en
cada uno de ellos: arias para un solista, duetos para dos, tercetos
para tres…
La ópera seria de
finales del siglo XVIII había comenzado a reducir el número de
trechos solistas, multiplicando – por influencia de la ópera bufa
– los de conjunto. Los compositores del siglo XIX continuaron por
ese mismo camino, reduciendo el número de “pezzi”. Otro de los
cambios más evidentes cuando se compara la ópera italiana de los
siglos XVIII y XIX es el abandono del recitativo “secco”
(acompañado por el clave, al cual Rossini renuncia, siguiendo la
moda generalizada en Nápoles, en sus óperas serias desde 1815) a
favor del recitativo con acompañamiento de orquesta, o recitativo
“acompagnatto”. El término scena fue reemplazando
gradualmente el de recitativo. Se opone a los pasajes que son
determinados por su regularidad métrica y musical. La scena es
siempre un pasaje de carácter libre, incluyendo en muchas ocasiones
diferentes tipos de música vocal y también pasajes instrumentales.
Nunca debemos perder de
vista que la voz es el elemento primordial de la ópera italiana. En
consecuencia, no nos extrañará que el aria constituya la
estructura elemental de su dramaturgia. El aria en dos tiempos
contrastantes – el primero lento y expresivo, y el segundo, rápido
y brillante – procedente del siglo XVIII sobrevivió, por lo menos,
hasta la década de los años 20 del siglo siguiente. En esta época,
la práctica general era la de distinguir claramente dos secciones:
el “cantabile” y la “cabaletta”, siendo esta segunda repetida
y, habitualmente, adornada por quien la interpretaba. En el proceso
de expansión de los números tradicionales de la ópera italiana
dieciochesca, el aria comenzó a presentarse de forma más compleja,
precedida por un recitativo (“scena”). El tipo de música vocal
utilizada en esta sección podía ser entre “arioso” y
declamatorio. Seguidamente, el “tempo di mezzo” conducía a la
“cabaletta”, en una sección más estricta desde el punto de
vista rítmico (frente a la libertad característica de la “scena”)
con pasajes instrumentales solistas. El aria se denomina "cavatina"
cuando es cantada por un personaje en su primera entrada en escena y
"rondò finale" si sirve como conclusión de la ópera.
Transformado en música,
el modelo para una “scena ed cavatina” o “scena ed
aria” está constituído por cuatro secciones diferentes que,
como se puede ver a través de libreto, corresponden com otras tantas
situaciones dramáticas. La estructura se puede esquematizar tal como
aparece en el siguiente cuadro. Debemos tener en cuenta que términos
como “cantabile” (a veces, “primo tempo”) “tempo di mezzo”
(sección intermedia entre las partes lenta, o "cantabile",
y rápida, o "cabaletta", de un aria) y “cabaletta” no
se encuentran en la partitura, sino que forman parte, todavia hoy, de
la jerga operística.
Recitativo o Scena
d'attacco
|
Versos soltos
|
Carácter activo.
Escena más o menos elaborada que nos introduce en la materia del
aria. Puede incluir un "arioso" o pequeño cantabile.
|
Cantabile (o
adagio, andante, primo tempo)
|
Versos líricos
|
Caracter
contemplativo. Primera parte del aria, de tono lírico y tempo
moderado.
|
Tempo di mezzo
|
Versos soltos
|
Carácter más
dinámico. Parte más libre y de transición. Un acontecimiento
justifica el pasaje a a la "cabaletta". También puede
ser la intervención de otros personajes o del coro.
|
Cabaletta (o
allegro)
|
Versos líricos
|
Caracter
contemplativo. Esta segunda parte del aria es más brillante que
el "cantabile". Suele ser repetida después de un
"ritornello" (que puede ser instrumental o cantado por
el solista y el coro)..
|
En la ópera italiana
decimonónica, no obstante, es posible encontrar modelos de arias con
sólo dos secciones (la “scena” y el “cantabile”).
Los más importantes son la importantes son la “romanza” y
la “preghiera”. La “romanza”, que deriva de la
“romance” francesa, presenta características bastante concretas:
formas estróficas en algunos casos y, más frecuentemente, la
utitlización de un compás de división ternaria (3/8, 6/8, 9/8,
etc.), asociado a las canciones de cuna. Presenta también una
estructura tonal bipartita, que va del modo menor al mayor, y un
acompañamiento en arpegios recurriendo muchas veces al arpa.
Encontraremos un ejemplo en la ópera Il Trovatore,
de Verdi, a la que dedicaremos una atención más pormenorizada más
adelante (sección 9.6. de este módulo).
En el caso de la
“preghiera”, la restricción del número de secciones resulta de
la situación dramática em la cual el modelo se plica: la oración
implica un momento de recogimiento, normalmente en situaciones de
gran aflicción, en las cuales los protagonistas acaban muchas veces
por desmayar. O sea, se trata de situaciones incompatibles con el
carácter más marcial y virtuosístico, el cual se asocia
habitualmente a la “cabaletta”. Un ejemplo de esto podría ser
“Non maledirmi, o prode”, en el inicio del segundo acto de
I due Foscari, también de Verdi, pero también la célebre
"Casta diva", de Norma, que abordaremos
más adelante (sección 9.5. de este módulo).
La estructura común del
aria puede ser esquematizada como AA’BA’’, seguida de una coda.
En ocasiones, podía incluir la intervención de partes
instrumentales solistas e, incluso, de otros personajes. Cuando se
recurre a este procedimiento - que revela la ductilidad de la
convención para adaptarse a las necesidades dramáticas - se utiliza
el término "aria di pertichini", de la que también
contraremos un ejemplo en Il Trovatore (sección
9.6. de este módulo)
Si el aria expresa
habitualmente el itinerario de los sentimientos y emociones
interiores de un personaje, los duetos presentan una situación más
compleja. Son también codificados, y deben ser considerados como una
de las piezas maestras de la dramaturgia romántica. En comparación
con el aria, el esquema formal se amplia para poder seguir la
sucesión de momentos, en los cuales la acción transcurre mediante
el intercambio de diálogo y de aquéllos en los que la acción se
detiene en la contemplación de los sentimientos que van siendo
suscitados. Su estructura puede ser esquematizada de la siguiente
manera:
Scena
|
Versos soltos
|
Carácter
introductorio.
|
Tempo d’attacco
(o "entrata")
|
Versos líricos
|
Enfrentamiento
entre dos personajes. Movimiento más vivo y abierto (sin coda).
|
Cantabile (o
adagio)
|
Versos líricos
|
Carácter
contemplativo, lírico y meditativo. Pasaje cerrado (coda).
|
Tempo di mezzo
|
Versos soltos
|
Activo. Pasaje
intermedio y sin coda. Normalmente coincide con la entrada en
escena de otros personajes.
|
Cabaletta (o
allegro)
|
Versos líricos
|
Carácter
contemplativo y cerrado (con coda). Puede ser repetida y oncluir
con una "stretta"
|
Por último, la tipología
más variable es la del finale. Se trata de una escena de
conjunto situada al final de un acto, en la que aparecen los
protagonistas y el coro, por lo que a veces se designa también
concertato. El más importante es el que aparece hacia la
mitad del drama, en el momento culminante de la ingrita. Derivado de
la ópera bufa, suele constar de dos secciones: un primer movimiento
lento, en el que los personajes expresan su estupefacción o
sorpresa, y la stretta. Este término designa, en general, el
movimiento rápido que concluye cualquier número de conjunto, donde
el tempo se acelera y las voces se superponen. Es, por lo tanto, el
equivalente de la "cabaletta" de un aria o de un dueto. El
esquema más convencional del finale puede ser esquematizado de la
siguiente manera:
Scena o coro
|
Episodio
introductorio
|
Tempo d’attacco
(comparable al "tempo d'attacco" de los duetos)
|
|
Pezzo concertato
(número de conjunto equivalente ao cantabile) o largo
|
El tempo
más lento corresponde con el recogimiento de los personajes
dentro de sí.
|
Tempo di mezzo
(comparable a la misma sección en los duetos)
|
Puede coincidir
con un golpe de teatro inesperado.
|
Stretta (número
de conjunto equivalente à cabaletta)
|
Caracterizado por
un crescendo muy dinámico.
|
Éstos son los elementos
convencionales más estables, a los que se podrían añadir otros
tipos de pasaje de carácter más dinámico. Por ejemplo, son
habituales las introducciones (de la ópera, de un acto) en las que
aparece el coro ("coro d'introduzione") o en las que
encontramos esquemas formales, comparables a los anteriores en la
base pero usados de forma más libre y menos elaborada
("duettino"...).